Anboto (arista oeste – collado de Larrano)
2 de Diciembre de 2016
10 años han pasado desde que pisé Euskadi por primera vez. Directos de Reus a Urkiola. Nos estaban esperando desde hacía una hora por lo menos. Nos hemos colado y llegamos hasta Bilbao por lo que tenemos que retroceder unos cuantos kilómetros más.
La niebla iba y venía, no se veía mucho, pero de vez en cuando Anboto asomaba para impresión mía. Hacía muy poco tiempo que andaba por el monte y he de reconocer que aquella montaña me dejó sin habla. Recuerdo perfectamente la sensación al llegar a la parte alta. Era todo muy aéreo y casi me cuesta el no llegar a la cima. La bajada, la califico de memorable. Bajar de pie me resultaba agobiante por lo que decidí hacerlo agachada. Pero agachada, agachada, que si no sentía el culo en las piedras no me quedaba tranquila.
Tenía muchas ganas de volver allí así que en septiembre de 2014 planeamos ascender desde Alluitz (por la arista), pero una vez en el collado de Larrano la méteo no se presenta muy prometedora. Encima de la morada de Mari hay una enorme txapela gris. No debe estar de humor. Tendré que esperar.
Arista Alluitz-Larrano (2014)
Esta vez parece que el tiempo se presenta radiante así que pensamos que será buena idea acercarnos al lugar donde lo dejamos la última vez.
Llegamos al parquin de Urkiola (713m). La niebla está echada y la temperatura es muy muy fría. Sabemos que más arriba está despejado por lo que salimos con la ilusión de que esta vez sí que llegaremos a la cima de Anboto.
Unos 200 metros más arriba, aproximadamente, la niebla se abre dejando ver un paisaje soberbio. El sol, sin ser molesto, nos abraza. Estamos prácticamente solos. De vez en cuando nos cruzamos con algún montañero que también ha venido ha disfrutar de lo que hay ahí.
Llegamos rápidamente a la primera cima del día: Urkiolamendi o Urkiolagirre (1009m). Una vez aquí descenderemos hacia el collado de Asuntza (870m) y de ahí ascenderemos, tomando dirección norte, al collado de Larrano (945m).
Primera cima del día: Urkiolamendi o Urkiolagirre (1009m)
Se divisa Anboto (derecha), Alluitz (Izquierda) y toda la arista al completo. Aunque nosotros empezaremos desde el collado de Larrano, donde lo dejamos hace dos años.
La niebla está dando muchísimo juego.
Una vez en el collado de Larrano (945m), a la altura de la ermita de Santa Bárbara, sólo hay que seguir el camino evidente que recorre toda la arista. Evitaremos algún paso muy húmedo que da hacia la ladera norte, no le ha dado el sol y resbala muchísimo. En general, prácticamente toda la arista está expuesta al sol.
Segunda cima del día: Kurutzeta (1214m).
Seguimos, poco a poco, avanzando por el filo. La roca es muy adherente (cuando está seca) y da bastante seguridad.
Tercera cima del día: Elgoin (1243m).
Objetivo conseguido: Antobo (1331m). Hace un día muy bueno, es viernes y no hay casi nadie, por lo que decidimos pasar un buen rato en la cima. Al abrigo del sol y del silencio.
El descenso lo haremos por la senda habitual hacia el collado de Zabalaundi (896m), marcado con pintura roja y blanca, pasando primero por el impresionante ojo de Eskilar (orificio natural en la roca) desde el que puede divisarse la cara este del macizo y por el collado de Pagozelai (970m).
Una vez en el collado de Zabalaundi (896m) cogemos la ruta normal que bordea toda la cara sur del macizo y que se adentra en un bonito bosque de hayas. Nos desviaremos hacia la izquierda, a la altura de un antiguo lavadero de mineral, y tomaremos un estrecho senderito que circunda un denso bosque de cipreses de Lawson hasta encontrar la fuente de agua ferruginosa de Pol-Pol. Para regresar al parquin iremos por la pista de grava que nos devuelve de nuevo al santuario.
Nos vamos a casa con un grato sabor de boca. Una ascensión preciosa con ese puntito de dificultad que remata el día de una forma muy especial.
Distancia: 13 km
Desnivel: 900 m
Dificultad: Pasos de I. Algún tramo bastante aéreo y expuesto. Desaconsejada con la roca mojada.
Unas crestas quizás algo más sencillas de recorrer, con menos altura, pero menos conocidas en general, están en la parte occidental del macizo del Cerredo, en la parte que da (con espléndidas vistas, si el día es bueno), al pueblecito de Islares por un aparte y al de Oriñón y su playa por otra; con el espléndido «pequeño gran» Candina en frente y el mar omnipresente oficiando de testigo azul y calmo. Se sube fácilmente desde Cerdigo y una vez llegado a la cima hay que optar por la zona de karst y de lapiaces difícil, muy similar a la de Itxina en el Gorbea e igualmente preciosa hasta llegar a las crestas que se pueden recorrer precaucionalmente, como siempre en zonas de lapiaces, para gozo del sentido del equilibrio, con unas vistas espléndidas.
La foto trigésima de árboles en la semi-niebla está muy lograda. Para el caso en que la niebla sea la dominante primordial en la foto, en los casos de la segunda y tercera fotos, es muy conveniente editarlas y darles más contraste; por el que suelen ganar mucho en vistosidad y equilibrio fotográficos.
Sí, hay crestas muy bonitas en muchos lugares. Gracias por los consejos fotográficos, no soy muy buena con esto de las fotos.
Saludos.
Donde dije trigésima foto, quise decir decimotercera.